El dolor del cambio

⚠️No estamos preparadas para el cambio⚠️

Estamos preparadas para resistirnos al cambio, pero tranquila que también lo estamos para adaptarnos.

La adaptación podría tener un coste muy elevado para nuestro cerebro y nuestro cuerpo, pudiendo generar como consecuencia:

• Una mala adaptación

• Estrés

• Adicciones

• Comportamientos no beneficiosos

• Enfermedades

Uno de los cuatro principios fundamentales que impulsan la resistencia al cambio es el dolor.

El dolor es el resultado de nuestro sistema de alarma que nos avisa que hay un cambio y que esto puede representar una amenaza, ya que no sabemos con certeza el nuevo "estado" y lo "seguro" que será para nosotras, por eso, siempre que sea posible, el cerebro se resistirá al cambio, ya que esta señal le resulta desagradable.

La incertidumbre de lo "desconocido" desencadena el dolor.

Desde el punto de vista del cerebro, no hay conexiones preexistentes entre nuestras neuronas que puedan ayudar a evaluar y procesar la nueva información para garantizar la seguridad. Por lo tanto, la incertidumbre de lo "desconocido" desencadena el dolor.

Las investigaciones demuestran que el cerebro no distingue entre el dolor físico, emocional o social y, el dolor puede desencadenar una respuesta biológica de estrés: una liberación de adrenalina y cortisol, para favorecer el enfrentamiento o la huida de la amenaza.

¿Cómo nos afecta el dolor del cambio?

El dolor reduce la apertura, la creatividad, el alto rendimiento e interfiere en la sensación de bienestar.

El cambio siempre nos resultará incómodo, incluso aunque se trate de un cambio positivo o que nos aporte beneficios.

Algo que determina el dolor del cambio son las expectativas, por lo tanto, hacer una mejor gestión al respecto puede reducirlo eficazmente.

Para gestionar el cambio, primero tenemos que aprender a gestionar el dolor, de modo que podamos ayudar a reducir el malestar y los niveles de amenaza, para que sea más fácil aceptar y estar más abierto al ajuste. La intención es "engañar/hackear" a propósito nuestro cerebro con estrategias prácticas para:

• Reducir la percepción de malestar o amenaza.

• Aumentar el placer para modular el dolor y aumentar el bienestar

Así que si estás pasando por un proceso de cambio y te sientes agotada, que tu rendimiento baja, que te cuesta pensar con claridad, te sientes vulnerable e incluso te sientes mal física y/o emocionalmente, ¡es normal! ¡es biológico!

Sé comprensiva y compasiva contigo misma e interioriza que todo forma parte del proceso y que es algo temporal porque la plasticidad de nuestro cerebro nos ayuda en el proceso de adaptación a la nueva situación.

Un abrazo mujer sublime